
Aprovechando el puente para quitar toda la hojarasca acumulada en la casa de mis padres (aún dolorido todo mi cuerpo) me encontré con esta grata sorpresa. Saqué el móvil para compartir gráficamente la imagen, y el bolígrafo para contarlo. Y ¡qué olor!
rosa en diciembre.
hay otras ya marchitas
y un capullo