Ayer fue uno de esos días duros. Además de otras tempranas cosas, toda la tarde impartí clases en Toledo. Pero Toledo es Toledo aunque sea para dar esas clases. Y su campus, está hecho en base a la reconstrucción razonable de una vieja fábrica de armas. Eso da mucho juego. Mucho. Siempre que toca, intento llegar con el tiempo suficiente de engullir un bocadillo apresuradamente y darme un paseo. Y disfrutar. Un rato impagable. Ayer, 30 de Noviembre, andaban estas cigüeñas en la vieja chimenea donde antes se fundía acero para el armamento (me perdonen el suponer lírico-pacifista).
Y claro...
llega Diciembre.
en la fábrica de armas
aún dos cigüeñas
PD: si picas sobre la foto, se ve más grande y se aprecian mejor las cigüeñas
Interesting haiku!
ResponderEliminarPrecioso y muy simbólico, Elías.
ResponderEliminarMe gustan las cigüeñas.
Gracias por esta imagen tan hermosa.
Un beso. Toñi
Un saludo Elías.
ResponderEliminarMe gusta el haiku, vaya que sí. No sólo por ese par de cigüeñas que aún siguen ahí, si no por todo lo que simboliza lo escrito. La vieja fábrica de armas que hoy “arma” de diferente modo a las personas; esa chimenea que expulsaba los malos humos y hoy sirve de refugio a un animal que se le atribuye la llegada de nuevas vidas… me gusta esa “corona de espinas” sobre la chimenea, quizás la fábrica pague así su penitencia, etc. mola
Un abrazote
Carlos, Toñi, Alberasán, muchísimas gracias. También se admiten en lo sucesivo críticas y mejoras, por supuesto. Un abarzoteeeeee
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